Hemorragia digestiva es la pérdida de sangre por el tubo digestivo.
Atendiendo a su evolución, esta pérdida puede ser aguda o crónica, según el volumen de sangre perdido y el tiempo en el que se ha perdido.
Un gran volumen perdido en poco tiempo es una hemorragia aguda y pérdidas lentas en un tiempo más largo constituyen una hemorragia crónica.
El síntoma más importante de la hemorragia aguda es la visualización al hacer de vientre de sangre fresca, semidigerida o a modo de melenas.
Se llaman melenas a un tipo especial de deposición que está compuesta de sangre digerida, y que presenta un aspecto pastoso y pegajoso, negro brillante (similar al alquitrán), con un olor fétido muy peculiar como a carne podrida. Cuanto más oscura, maloliente y digerida este la sangre significa que su procedencia es mas alta (estómago, duodeno, porciones altas del intestino delgado).
Si la sangre es fresca, rojo brillante y sin a penas olor, por lo general significa que su origen está cercano al ano. En algunos casos de hemorragia alta, sobre todo si ésta es importante o se acompaña de vómitos, puede expulsarse sangre por la boca, bien fresca o a modo de posos de café (hematemesis).
Otro síntoma frecuente es el aumento de los ruidos intestinales y una especial sensación de «flojera» debida a la bajada de la tensión arterial de modo brusco. En los casos más importantes aparece taquicardia, sudor frío, mareo, pérdida de conciencia e inclusho shock. Si la hemorragia no se control puede tener un desenlace fatal.
Quiénes pueden padecerla:
- Las personas con antecedentes de úlcera dudenal o gástrica, sobre todo, si toman antiinflamatorios.
- Los pacientes con cirrosis que tienen varices grandes en esófago o estómago.
- Las personas que presentan vómitos severos, sobre todo, si éstos se deben a una excesiva ingesta de alcohol.
- Los ancianos con divertículos o angiodisplasias.
- Los enfermos con enfermedades valvulares del corazón, sobre todo, si toman anticoagulantes.
- Las personas con insuficiencia renal avanzada.
- Los pacientes a los que se les ha realizado una endoscopia en la que se han quitado pólipos.
- Las personas que tomen antiinflamatorios, antiagregantes o anticoagulantes, máxime si son ancianos o tienen otra causa asociada.
En las hemorragias que se controlan, el pronóstico depende de que la hemorragia se repita y del adecuado tratamiento de la causa que la produjo.
Hoy en día, los tratamientos para cortar la hemorragia, si ésta se localiza, son eficaces.